El Crítico Artista (O. Wilde)

ERNEST.- No me mal interprete, querido amigo; pero creo que se deja usted llevar demasiado por su pasión hacia la crítica. Ya que, después de todo, debe admitir que es mucho más difícil hacer algo que luego hablar de ello.

GILBERT.- ¿Más difícil hacer algo que hablar de ello? ¡Todo lo contrario! Incurre usted en un grave error. Es infinitamente más difícil hablar de una cosa que hacerla. Es más, la vida moderna es un claro reflejo de esto que le digo: cualquiera puede hacer historia. En cambio, sólo un gran hombre puede escribirla...

lunes, 4 de enero de 2010

ERASE UNA VEZ EN AMERICA


Qué decir de este filme que aún no se haya dicho. Recibió desde atrocidades hasta elogios inmensurables; esta fue la cara mediática que obtuvo en la época de su estreno. Cannes respondió con 15 minutos de aplausos ininterrumpidos y algunos críticos la nombraron el peor filme del 1984. ¿Qué raro, no?

A mi entender una de las grandes epopeyas del cine moderno, con Sergio Leone detrás de cámaras y un elenco irremediablemente exquisito. Con Robert De Niro en un papel de ostias… La película contiene escenas bastante violentas para la época -3 violaciones y alguna que otra tortura “necesaria”-, pero que no los espante, ya que la historia ocupa 4 horas -en su versión original- envidiables sin retorno (el olvido es “contrastado”).

Y de eso trata un poco el argumento, de la memoria, del desuso por la misma vía del dispositivo de la droga (opio), del delito como vocación y salida más próxima. Érase una vez en América tuvo muchas versiones; sea por la censura, por los estudios (mucho tiempo para “el público”) y/o por la crítica que en esa época no dejaba títere con cabeza (¿Cuándo no lo hizo?).

El argumento narra la vida de dos jóvenes judíos en el barrio italiano durante el progreso del crimen organizado en USA, con Nueva York como ciudad elegida.
La historia juega constantemente con flashbacks (medidos), pasando por el auge hasta la caída de este grupo de mafiosos; “jóvenes” jugando a ser duros.

Se habla de un B. Siegel o un M. Lansky pero son meras aproximaciones, ya que usureros y corruptos hubo siempre en todos lados. ¿Qué pasa por nuestra cabecita, que siempre nos terminan por gustar este tipo de personajes? Falta de credibilidad en el orden, carencia de aspectos vivenciales que nos hagan sentir “uno más”, o simplemente aburrimiento existencial a causa de las “nuevas” tecnologías y de un escueto yo.

El director es nada menos que Sergio Leone; otra máscara en esto del cine. Un hombre que juega para el lado que más le convenga, pero un director italiano de palabras mayores (ya fallecido en 1989 a la edad de 60 años). Empleado en CinecittÁ (F. Fellini), el entonces joven realizador adquirió experiencia como asistente, más tarde, con visiones a lo “Kurosawa” también se dio el gusto de salvar dicha empresa y levantar el cine italiano.

Realizó filmes como “Por un puñado de dólares”, “El bueno, el malo y el feo” y “Érase una vez en el Oeste”. Renovó durante la década del 60’ el cine de aventuras con el género “spaghetti western”, con nombres como Clint Eastwood como mecenas para las majors. Érase una vez en América le llevo la no desestimada cifra de 8 años para su preproducción y 2 de realización.
Pero bueno, basta de S. Leone y volvamos a la película del mes. El filme contiene un trabajo de diseño –vestuario y maquillaje- y reconstrucción de época únicos (trabajo en conjunto entre italianos y USA), a lo que se suma un E. Morricone como un “adelantado” en la implementación de la banda sonora, tardío amigo de Leone durante la trilogía de westerns.

Tuvo un costo de 20 millones que luego se extendió por obvias razones, que para la década de su realización era un precio más que estimable para un joven director; sobre todo por la libertad con la que lo dejaron trabajar y con la cual finalizo su carrera y uno de los mejores filmes de todos los tiempos.

En resumen, la película de Leone no gusto entre el público; la crítica la despedazo (aunque luego se rehizo); para ser un evento de las majors era muy largo (repito 4 horas) y la violencia explicita era insostenible.

¿Pero qué hizo el sujeto (además de buscarse como un hijo de puta)? Trabajó para los estudios y su tedioso público, y realizó tres westerns que adquirieron con el tiempo notoriedad a todo trapo (económico, crítico y cinematográfico). Que se entienda: hay que hacer los deberes con el poder para luego realizar uno la contrapropuesta.

Desde donde se la mire, y aunque cumpla con los requisitos de todo arquetipo épico hollywoodense (sin importar qué hicieron luego con la fórmula), este filme es una crítica acérrima al poder y a la ambición (mentalidad violenta del occidente).

¿Pero qué consiguió realmente este fenómeno audiovisual del Sr. Leone? Repudio; entonces cumplió con su objetivo formal y le presentó al publico y a “los otros” una cara que no querían ver desenmascarada. No querían ver la América de occidente: su creación (ver video clip de Rammstein -Amerika-).
Sí, luego fue aplaudida y venerada, pero cuando ya el evento no requería dicha notoriedad: hay que tener mucho cuidado con la crítica (con los críticos, me retraigo) y con el pueril público consumidor de violencia rústica e “ilimitada”.

¿Qué rol cumple la película? Bueno, para empezar, nos presenta al enemigo/héroe (nosotros mismos) en un personaje judío que encuentra su perdición en la búsqueda “única” de rédito económico y experiencias de “vida” o muerte. Sumamente contemporáneo y de una paranoia desfachatada.

Basta de moralejas y actuemos como personas “serias”. El filme amerita un alquiler en los videos; esta en ambos formatos (dvd y vhs). El DVD tiene un extra sobre un documental que es sumamente interesante y los VHS son esa cajita doble hermosa (que me compre en Tristán Narvaja a 100 pesos).

Para que alquilen los cinéfilos medios y público en general; les paso a detallar el argumento de forma científicamente probada: si vieron Buenos Muchachos (y les gustó), si vieron Pandillas de NY (y les pareció una porquería) y si les cabe el De Niro de “Cabo de Miedo”. Esta es su maldita película del mes.


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