El Crítico Artista (O. Wilde)

ERNEST.- No me mal interprete, querido amigo; pero creo que se deja usted llevar demasiado por su pasión hacia la crítica. Ya que, después de todo, debe admitir que es mucho más difícil hacer algo que luego hablar de ello.

GILBERT.- ¿Más difícil hacer algo que hablar de ello? ¡Todo lo contrario! Incurre usted en un grave error. Es infinitamente más difícil hablar de una cosa que hacerla. Es más, la vida moderna es un claro reflejo de esto que le digo: cualquiera puede hacer historia. En cambio, sólo un gran hombre puede escribirla...

lunes, 4 de enero de 2010

¿ ESPERO QUE CAMBIE ¡


En relación a décadas anteriores y a otro nivel, la situación en el ámbito universitario e incluimos la educación media, esta inquietamente tranquilo. En dichos centros hace no mucho tiempo se sucedieron cosas muy fuertes si nos ponemos a pensar tanto en la revolución del 68’ – Francia e Italia o la guerra de Vietnam – USA y los seguidos movimientos estudiantiles en países del tercer mundo durante los procesos dictatoriales.


Habría que pensar cual es la situación del contexto educativo en la actualidad, interrogarnos sobre la realidad de los jóvenes y ubicar los problemas a tratar en este presente tan ambiguo (globalización). Donde el enemigo ya no es tan visible (precariedad laboral, la esclavitud en el consumo y el tirano manejo de los medios) cuando lo que se necesitan son planes mejor articulados y la posible reacción del muchacho no encuentra lugar.


Pero aunque tracemos un paralelismo entre el pasado y un ahora, parecería que la cosa simulara una abominable quietud pero lo cierto es que dichos conflictos básicos mencionados siguen tomando forma en la sociedad moderna.


Entonces cabe preguntarnos cuales son las necesidades y oportunidades que los jóvenes reciben, que caminos proponen estos y también la gente a cargo (profesores y autoridades) de su educación y disciplina para el posterior ingreso social -actores en curso-.


Las movidas estudiantiles se siguen ocurriendo en todo el mundo –a otra escala- y la problemática de la mente joven es consecuente con el terrorismo infundado en sus actos, principalmente en las células radicales de dichos movimientos (tanto sea de izq. o der.). Estas no ocurren solo en calidad de respuesta a algún acontecimiento brutal o injusto, ni tampoco a las vicisitudes de una sociedad de masas avanzada y tecnológica aunque los ha utilizado respectivamente.


Pero estos temas en la actualidad no son tratados –menos “mediatizados”-, ni seguidos de una reflexión inventiva. Esto ocasiona una cierta marginalización (que conlleva a la nulidad de los derechos básicos) del individuo y las masas, siendo medido en niveles de éxito o progreso y no en relación con su derecho a participar en todas las esferas (social, económica, político e cultural) en esto que hoy llamamos mercado mundial.


Ahora bien, ¿dónde se posiciona el adolescente y próximo hombre o mujer en esta sociedad? Es difícil de entrever, pero se aseguro la aparición de una ansiedad y angustia contenida volátil (aunque hoy al seguir los sucesos parezca dormida) que se ha traducido en eventos pasados de notoriedad y que se ubican en cualquier sociedad que no aporte funciones importantes para estos muchachos.


Entonces cabe el preguntarse, ¿En que andan los jóvenes? ¿Cuál es su situación? Y siguiendo el mapa trazado que esperan para comenzar a discutir o movilizarse por un presente mas digno que hoy por medio de los vaivenes globales no se les es permitido.


“Los adolescentes necesitan tareas y oportunidades en consonancia con su capacidad y con sus intereses que les permitan desempeñar un papel significativo en la sociedad y obtener una satisfacción personal de sus aportaciones al mundo en que viven.” (B. Bettelheim)


Al no encontrar espacios de encuentro y desarrollo, la energía es dirigida hacia otros aspectos de la vida –drogas, violencia, confusión-, no critico este fenómeno esencial pero si los condicionó. En estos ritos el joven busca una autorrealización tanto sea sexuales, morales, intelectuales como sociales que el orden preestablecido no logro acondicionarles.


Pero un elemento que los caracteriza es una falta total de compromiso con el presente que les toco vivir, sea culpa de la complejidad de flujo de conocimiento mundial, de la incapacidad de renovación por parte de las principales instituciones sociales (familia, Estado).


Aquí se ingresa en la vida personal del joven, cuales son sus impulsos y necesidades a cubrir. ¿Qué es lo que busca y siente?, principalmente a donde cree que se dirige con estas actividades, podemos hablar de una falta de concientización actual por parte de las hordas de muchachos que ingresan en la educación. Y la falta de elementos humanos y educativos –infraestructura- que siguiendo sus movimientos, actué reforzándolos afirmativamente o que entre en un desacuerdo valido.


Creo al igual que B. Bettelheim, como universitario que la función primaria de mi actividad sea el comprender las causas y la naturaleza de un conflicto, prevenir contra las seudo soluciones; y sugerir posibles soluciones a dicha crisis de una manera mas constructiva.


La cuestión principal de este problema y por que no de todo evento, es el estado de una cierta identidad; cual es el significado que los jóvenes aducen en este inesperado presente.


Cuales son las formas de resolver este argumento es el problema de esta investigación, podemos aducir que las presiones sociales y psicológicas no han cambiado en las distintas épocas aunque los métodos para una próxima transformación si lo han hecho.


Donde esta el sentido de las cosas o su otra nefasta cara – autodestrucción -; en este sector (edad 14 a 20 años) la solución no se encuentra en marginarse o atacar, aunque los impulsos e intensidad de estos siempre fueron similares. Esta etapa compleja del hombre, consiste en una búsqueda eterna (encontrase a si mismo) tanto sea abandonando las estructuras por un tiempo para ponerse a prueba en la sociedad.


Porque dentro de esta búsqueda hay un elemento sustancial que ubicamos en casi todos los muchachos alrededor del mundo y es un descontento generalizado, están disconformes y existe además cierta mediocridad en este aspecto por el simple motivo de que mediante sus ojos y con una elaboración media, el resultado es que concluyen: “la juventud no tiene futuro”.


Entonces aparecen dentro de la maquina actual y global de un sistema real, sea por medio de los gobiernos y el manejo social de estos, así la participación activa de los medios de comunicación y también un modelo económico que se sustenta en una separación y marginalización de las fuerzas de trabajo. Que no integran al joven o adulto, dejándole una sensación de que no se lo necesita a la hora de edificar un futuro; entonces no cree en una actividad / participativa.


Entonces se lucha contra una tecnología (automatización), contra un momento en que la aceleración de la producción (en todos los aspectos) es de un nivel desesperante. Las cosas y eventos simulan realizarse por cuenta propia, la manipulación de los individuos y los fenómenos que acompañan a este son articulados por una supuesta fuerza invisible y superior.


Entonces y con derecho el estudiante le cuestiona a la institución – educativa - que lo incorporo pero a la vez lo condena como es, en este caso, la educación secundaria y superior. Entonces aquí nos remitimos a ciertos rubros como donde se prepara el joven, en que situación, cuales son sus prioridades y cual es su dependencia al programa (estructura) que el presente como construcción histórica a elaborado para su trabajo intelectual y practico.


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