Joven promesa -ya cumplida- del ámbito norteamericano, donde el dogma actualmente es una moneda corriente, este realizador fue el verdadero pionero de una poesía propia del género. Con filmes como “Gummo” y “Julien Donkey Boy”, comenzó su maestría con el guión de la bomba de los 90' “Kids”. Allí se estableció y de ahí en más no se detuvo.
Trabajó con técnicos y directores consagrados, como Werner Herzog y Anthony Dod Mantle, y actores de la talla de Ewen Brener (Trainspoting) y Chloe Sevigny (Kids y Dogville). Su trabajo y obras son únicas en el género y explotan ámbitos degeneradamente inhóspitos.
Para conocer un poco mas de este talentoso director nos refiriremos a su opera prima Gummo (1997). La historia comienza así –storyline-: Xenia, Ohio, es una pequeña, pobre y aburrida ciudad que nunca se recuperó completamente del tornado ocurrido en 1970. El jóven Solomon y su viejo amigo Tummler no tienen nada que hacer más que matar el tiempo, comprar cemento para aspirar y quedar encajados.
El filme narra además otras actividades en conjunto, que van desde chapotear en una piscina de plástico en plena lluvia con dos rubias salidas del infierno mismo, maltratar a un gato luego de ser ahorcado, encerrarse con un grupo de anormales en una cocina, jugar pulseadas con un enano negro y la cuenta sigue….
El guión es este: un pueblo, hechos comunes a la vista de la localidad y personajes / situaciones que conforman un circo más que interesante si deseamos analizar el despojo humano que yace en nuestros barrios (y que, desde luego, formamos parte).
Tummler : “Conocí a un chico que era disléxico. También era bizco así que todo le salía bien”.
Lo inteligente y sagaz del realizador es la forma y el acercamiento que realiza junto a su director de fotografía (A. Mantle). Es una historia que
escapa del discurso engendrado por Hollywood, el cual se funda en la reelaboración del guión en todas sus estructuras.
La fusión de géneros como elemento “artístico”, elemento plausible de non-retorno por parte del mercado; este es el sello característico de H. Korine. La facilidad de pastiche sobre el método Hollywood (un fenómeno digno de esta postmodernidad).
Ahora bien, ¿cómo definir la obra de este joven director? J. Christley, en su crítica para Film Griten, lo definió así: No es un documental. Pero ¿qué es bien ? ... Lo cuestionable es lo puro real (que Korine) esta grabando, desde que sabemos que es un set, o más a nuestro favor, desde que mezcla realidad con ficción para fundirse en el hecho artístico…
¿Dónde terminan los actores y dónde comienza la realidad? Y ¿quiénes somos para sugerir qué es lo no ensayado y espontáneo, al situarse escenas claramente fabricadas?
La película fue emitida por Cinemax y se encuentra para downlodear en Internet; no se mostró en los festivales de Cinemateca y no se encuentra en ingún video club, así
que esta en sus manos.
POR MATEO ETCHEGOYHEN
Trabajó con técnicos y directores consagrados, como Werner Herzog y Anthony Dod Mantle, y actores de la talla de Ewen Brener (Trainspoting) y Chloe Sevigny (Kids y Dogville). Su trabajo y obras son únicas en el género y explotan ámbitos degeneradamente inhóspitos.
Para conocer un poco mas de este talentoso director nos refiriremos a su opera prima Gummo (1997). La historia comienza así –storyline-: Xenia, Ohio, es una pequeña, pobre y aburrida ciudad que nunca se recuperó completamente del tornado ocurrido en 1970. El jóven Solomon y su viejo amigo Tummler no tienen nada que hacer más que matar el tiempo, comprar cemento para aspirar y quedar encajados.
El filme narra además otras actividades en conjunto, que van desde chapotear en una piscina de plástico en plena lluvia con dos rubias salidas del infierno mismo, maltratar a un gato luego de ser ahorcado, encerrarse con un grupo de anormales en una cocina, jugar pulseadas con un enano negro y la cuenta sigue….
El guión es este: un pueblo, hechos comunes a la vista de la localidad y personajes / situaciones que conforman un circo más que interesante si deseamos analizar el despojo humano que yace en nuestros barrios (y que, desde luego, formamos parte).
Tummler : “Conocí a un chico que era disléxico. También era bizco así que todo le salía bien”.
Lo inteligente y sagaz del realizador es la forma y el acercamiento que realiza junto a su director de fotografía (A. Mantle). Es una historia que
escapa del discurso engendrado por Hollywood, el cual se funda en la reelaboración del guión en todas sus estructuras.
La fusión de géneros como elemento “artístico”, elemento plausible de non-retorno por parte del mercado; este es el sello característico de H. Korine. La facilidad de pastiche sobre el método Hollywood (un fenómeno digno de esta postmodernidad).
Ahora bien, ¿cómo definir la obra de este joven director? J. Christley, en su crítica para Film Griten, lo definió así: No es un documental. Pero ¿qué es bien ? ... Lo cuestionable es lo puro real (que Korine) esta grabando, desde que sabemos que es un set, o más a nuestro favor, desde que mezcla realidad con ficción para fundirse en el hecho artístico…
¿Dónde terminan los actores y dónde comienza la realidad? Y ¿quiénes somos para sugerir qué es lo no ensayado y espontáneo, al situarse escenas claramente fabricadas?
La película fue emitida por Cinemax y se encuentra para downlodear en Internet; no se mostró en los festivales de Cinemateca y no se encuentra en ingún video club, así
que esta en sus manos.
POR MATEO ETCHEGOYHEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario